lunes, 27 de agosto de 2012

¿Por qué la gente quiere la Misa Tradicional en Latín?

La respuesta simple es porque reconocen su valor. El Papa Benedicto XVI lo expresa de esta forma en la carta a los obispos que acompaña al Motu Proprio Summorum Pontificum:

Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisadamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.
Las riquezas se encuentran en cada uno de los elementos del Misal: en las oraciones propias, así como en el ordinario, en las rúbricas, el leccionario y el calendario, y se reflejan en la espiritualidad especial de la Misa rezada, así como en las formas más espléndidas como la forma cantada y solemne de la Misa y en las ceremonias especiales para determinadas épocas del año, como en la Pascua. La impresión más inmediata que muchas personas obtienen de la Misa tradicional, y que logra atraerlas tanto, es referida en la carta a los Obispos que acompaña el Summorum Pontificum: "Aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo". La Misa Tradicional hace evidente de inmediato que lo que está ocurriendo es algo sagrado.

La Misa Tradicional en Latín también tiene un lugar importante que trasciende ampliamente la vida los católicos ligados a ella. Summorum Pontificum lo expresa de esta forma:

...En algunas regiones, sin embargo, no pocos fieles adhirieron y siguen adhiriendo con mucho amor y afecto a las anteriores formas litúrgicas, que habían embebido tan profundamente su cultura y su espíritu, que el Sumo Pontífice Juan Pablo II, movido por la preocupación pastoral respecto a estos fieles, en el año 1984, con el indulto especial "Quattuor abhinc annos", emitido por la Congregación para el Culto Divino, concedió la facultad de usar el Misal Romano editado por el beato Juan XXIII en el año 1962. (SP, prefacio).
La Misa Tradicional fue para muchos el eje central de su cultura y la espiritualidad católica, esto era especialmente cierto en aquellas regiones mencionadas, donde la Misa era el centro de la piedad católica, en lugar de otras devociones extra-litúrgicas como el Rosario, las procesiones y otras.



El Papa Benedicto XVI se refiere a esta cultura y espiritualidad como algo muy positivo, su preservación es lo suficientemente importante como para justificar el acto del Papa Juan Pablo II, y por ende los subsequentes actos papales. 

Se trata de una forma de vida genuina, fecunda y llena de vitalidad que no es solamente característica de ciertas regiones en un periodo histórico determinado, sino que puede ser retomada por nuevas generaciones de católicos alrededor del mundo, lo que es notable en las numerosas comunidades que han florecido en su amor por la Misa Tradicional en diversos lugares incluyendo Costa Rica. [1]

El cardenal Castrillón Hoyos lo describió de esta manera, en una entrevista:

No me gusta, de hecho, las concepciones que quieren reducir el “fenómeno” tradicionalista sólamente a la celebración del Rito Antiguo, como si se tratase de un apego nostálgico y obstinado al pasado.  Esto no corresponde a la realidad que se vive en el interior de este vasto grupo de fieles. En realidad, estamos allí frecuentemete en presencia de una visión cristiana de la vida de fe y devoción..., un deseo profundo de espiritualidad y de sacralidad, ... Es interesante en seguida resaltar cómo se encuentran en el seno de esta realidad muchos jóvenes, nacidos después del Concilio Ecuménico Vaticano II. Ellos manifiestan... una ‘simpatía de corazón’ por una forma de celebración, y también de catequésis, que ... deja un amplio espacio al clima de sacralidad y de espiritualidad que justamente conquista también a los jóvenes de hoy: no se puede ciertamente definirlos como “nostálgicos” o como un vestigio del pasado. [2]
(Entrevista en la revista The Latin Mass, mayo de 2004)

Traducción de un artículo de "Latin Mass Society of England and Wales". 

[1]. Adenda de UVCR.
[2]. IDEM

No hay comentarios:

Publicar un comentario